viernes, 19 de octubre de 2012

COMUNICACION ALTERNATIVA


De guerra asimétrica y batallas mediáticas (*)


Al referenciar la guerra de cuarta generación o guerra asimétrica, lo hacemos en relación a la evolución de la guerra moderna. En tal sentido, la primera generación tiene su referente en la guerras napoleónicas con sus grandes contingentes de tropas enfrentados en un campo de batalla; la segunda generación evoluciona en relación a la revolución industrial, de allí que las máquinas ocuparon un lugar fundamental, tanto en la movilización de tropas, como en el diseño de armas con alto poder de fuego (su referente es la Primera Guerra Mundial); la tercera generación caracterizada por la velocidad en la movilización de tropas y de grupos comandos con el fin de atacar e inmovilizar puntos estratégicos del enemigo (Segunda Guerra Mundial). La cuarta generación de la guerra moderna transciende el ámbito estrictamente militar y se despliega en la sociedad como escenario general de guerra,  desaparecen los teatros de operaciones clásicos, y la población civil pasa ser considerada objetivo, por parte de quien despliega la táctica y la estrategia de la guerra. “Los objetivos del rival incluyen el aspecto cultural del enemigo y la capacidad de disuadir el apoyo de su población a favor de la guerra” (GRAUTOFF, 2007).

Grautoff también señala que una de las características de las guerras asimétricas “es aprovechar las libertades[1] y el sistema democrático de las sociedades, desde la legitimidad al deslegitimar su gobierno obligándolo a que su fuerza militar actúe de forma irregular colocando a los ciudadanos en contra de su política” (idem)

En el concepto de la asimetría de la guerra, tiene relevante importancia el control sobre la tecnología, en particular las de información y comunicación. Por ello, los medios de comunicación, quienes actúan en nombre de la libertad de prensa, ocupan importantes líneas de batalla en este contexto, influyendo en la opinión pública nacional e internacional, siendo –en esa dimensión- la influencia en la opinión pública y la fabricación de consenso, armas fundamentales.

Los acontecimientos de nuestra historia contemporánea latinoamericana y mundial, apuntan a esta fase de guerra desplegada por los que siempre hacen la guerra, los centros mundiales del poder. En nuestro continente el Golpe de Estado en Venezuela en 2002, el Golpe de Estado en Honduras en 2009, los escenarios de desestabilización del gobierno constitucional del presidente Evo Morales, en Bolivia, la intentona de Golpe de Estado en Ecuador contra el presidente Correa en 2010, y la invasión a Libia por fuerzas de la OTAN y el acecho a Siria, evidencian el papel que los medios de comunicación han jugado en estos nuevos contextos de guerra por la apropiación de recursos energéticos y en contra de propuestas societales antagónicas a las lógicas del capitalismo y sus imperios.

Venezuela, lucha política en contextos simbólicos.

La fabricación del consenso, trasciende los formatos mediáticos de la información, esta se ubica también en otros tipos de discursos que, aunque responde a formatos y géneros distintos, refieren a la misma lógica, a la misma racionalidad, se trata de estandarizar formas de interpretar la realidad, propiciar lo que Bronislaw Backzo (1984) llama comunidad del imaginario o comunidad de sentido, contexto de comunidad masiva, de cultura compartida, donde ejerce el poder quien impone el discurso. Y es parte de los combates que estamos dando en Venezuela y en otros confines: aun cuando se cuenta con el poder ejecutivo, estamos en una dialéctica defensiva-ofensiva en el plano cultural y, específicamente, en el despliegue de imaginarios en tono humanista y liberador. 

El discurso hegemónico que se desplaza en el contexto simbólico se orienta a promover la legitimidad de la estructura y la lógica de la sociedad en un momento histórico determinado. En nuestro contexto y tiempo  contemporáneo, que además es global, el lugar social de construcción de ese discurso se localiza en el paradigma del proyecto civilizatorio capitalista. La enunciación de las lógicas de este modelo, se encuentran también planteadas en la dimensión del “entretenimiento”, en este lugar radica, en gran medida, el peso formativo que los medios de comunicación desarrollan en la sociedad. 

Los medios de comunicación desarrollan su poder en el contexto simbólico, a través del entretenimiento o de la información se va fundando el consenso que universaliza lo real, propiciando así los imaginarios que racionalizan desde la mirada de quien ejerce el poder ideológico, la naturalización de la sociedad capitalista y sus prácticas reproductoras.

En Venezuela frente al avance del proceso de transformación económica, social y política, la racionalidad comunicativa del proyecto histórico capitalista continúa expresándose de manera hegemónica, como ya lo señalamos, no solamente en los formatos informativos y de opinión que banalizan y satanizan (con el caduco discurso de la guerra fría del llamado “castro-comunismo”) el proyecto de país propuesto en la Constitución de 1999;  sino en los otros formatos, que por ser considerados “neutrales”, como el caso, del entretenimiento, plantea la promoción presente de los imaginarios simbólicos coherentes con el modelo hegemónico.

En toda sociedad, donde una clase social es dueña de los medios de producir la vida, también esa misma clase es la propietaria del modo de producir las ideas, los sentimientos, las intuiciones, en una palabra el sentido del mundo. Para la burguesía, en definitiva, se trata de invertir la relación real entre base y superestructura: las ideas producen la riqueza por medio de la única materia que les queda limpia: la materia gris y la historia pasa a ser la historia de las ideas. (DORFMAN Y MATTELART. 1972-1979.P. 152)

El sentido común que aún se sigue imponiendo desde las trincheras y posiciones que hoy ocupan los medios de comunicación privados, es la acción (político-cultural) sutil desarrollada por estos en el contexto de la guerra de cuarta generación o guerra asimétrica.

La lógica burguesa en el discurso de la derecha

Desde una perspectiva gramsciana la hegemonía se focaliza en los valores, la moral, el sentido común que promueve la clase que ejerce el poder material dominante y el poder espiritual dominante, es decir, la lógica que a través de diversidad de medios e instituciones  (medios de comunicación, escuela, iglesia, partidos políticos) la burguesía a desplegado históricamente. Esa moral y sentido común, hoy se evidencia en el discurso que esgrime la derecha en el presente contexto electoral. En el discurso verbal hemos escuchado: “Vota por tu progreso”, “Pon tu pancarta”, “El hombre pa’ la fabrica y la mujer pa’ la casa”, “Un país  seguro donde el hombre pueda llegar a su casa a abrazar a su mujer y a los hijos”, “Capriles es el camino”.  Así como nombrar lugares y referentes populares del país con sustantivos que nada tienen que ver con ellos. , Y en lo no verbal observamos en las calles y avenidas de nuestro territorio en afiches y vallas la imagen de la campaña que muestra a UNA persona que camina SOLA (cual personaje de película gringa) que da la espalda a una masa (que se supone debe ser pueblo) que en el afiche es una borrosidad, una masa abstracta que solo es número, que solo es voto, pero no pueblo protagonista. No es necesario ser especialista en análisis de discurso, basta con no quedarse en la simplicidad que promueve la misma lógica del capitalismo, para leer la intencionalidad presente en el discurso de la derecha.

Las lógicas refieren a formas de la razón, en este sentido, la intencionalidad discursiva de la derecha, no es un esfuerzo por parecer de determinada manera, sencillamente se trata de una forma de pensamiento, lo que refiere a la presencia del individualismo, del patriarcado, de negación y subestimación de lo popular,  de supremacía y dominación de clase presentes en la racionalidad de la derecha. En el contexto de la lucha política que hoy es urgente dar contra el sistema capitalista, es necesario librar la pelea también en la dimensión paradigmática donde subyacen las formas de la razón. Construir la sociedad de justicia e inclusión que hoy nos las peleamos en el actual contexto electoral, implica colocarnos en nuevos lugares para razonar la realidad, es fundamental desplegar nuevas lógicas que nos permitan transitar hacia una revolución genuina de los pobres.

Nuestros retos… para restearnos con nuestra Revolución Bolivariana, Socialista y anticapitalista.

• Comprender que sin teoría revolucionaria no  puede haber práctica revolucionaria (y viceversa).  En ese sentido, es fundamental desarrollar el pensamiento (histórico-crítico) que sustente y fundamente nuestra propuesta  de emancipación. Esto implica el despliegue de  importantes procesos de formación, investigación y producción de conocimientos.
• Asumir la revolución (en su historicidad) como algo de todos los días y en todas las dimensiones. La Revolución es un proceso sociocultural.
Comprender nuestro proceso socio-político como expresión del discurrir popular en su historia, en su contemporaneidad, en sus utopías y en sus sonrientes esperansas
• Defender nuestra revolución con todas nuestras fuerzas del nefasto burocratismo y la corrupción con la denuncia oportuna y la crítica contundente. Emergencia de una nueva dimensión ético-política.
• Propiciar y consolidar las instancias del Poder Popular. Necesario es impulsar la AUTONOMIA POLITICO-ORGANIZATIVA  para no sucumbir ante la mediatización del aparato estatal.
• Trabajar intensamente por la UNIDAD REVOLUCIONARIA en torno al proyecto histórico que representa el proceso bolivariano. Prepararse para  vencer todas las batallas, inclusive las electorales.
• Resignificar el liderazgo del compañero presidente Hugo Chávez como componente de una VANGUARDIA MÚLTIPLE que supone procesos colectivos en diversas dimensiones (política, económica, cultural, social, militar, ética, estética, espiritual)
• Expresar de manera creativa y comprometida  nuestra solidaridad con los pueblos en lucha.

 Referencias:
BACZKO, B.(1984) Los imaginarios sociales, Memorias y esperanzas colectivas. [Les imaginaires sociaux. Mémoire et espoirs collectifs]. Buenos Aires: Nueva Visión.
DORFMAN A. MATTELART A.(1979)  Para leer al Pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo. Siglo XXI. Mexico.
GRAUTOFF, M. (2007) De Clausewitz a la guerra asimétrica: Una aproximación empírica en Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, enero/junio año/vol.2, numero 001. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá, Colombia. p. 131-144.

(*) Fragmento de un material publicado en Querella nº 32



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